Somos Teresa e Iñigo. Actualmente cursamos 5º del doble Grado de Pedagogía y Educación Primaria en la Universidad de Navarra. Durante los meses de Enero y Febrero hemos estado realizando nuestras prácticas pertenecientes al grado de Pedagogía en Profesionales Solidarios.
Escogimos esta Fundación porque durante nuestros estudios lo que más se nos da a conocer es la educación formal, concretamente los colegios; sin embargo, nuestras curiosidades por conocer diferentes ámbitos y la ayuda de algunos de nuestros profesores nos dieron a conocer la Fundación. Todo ello representa una gran oportunidad para adquirir nuevos conocimientos y afrontar nuevos retos y experiencias. Así como tener la posibilidad de poder ver y conocer una realidad diferente a la que, como docentes, estamos acostumbrados. Pensamos que es una gran ocasión para aprender y para conocernos a nosotros mismos
Durante este periodo en la fundación, nuestro principal trabajo ha sido la observación, análisis y propuestas de mejora para los diferentes programas de voluntariado que a partir de ella se realizan. Para conseguir todo ello, hemos asistido a varios voluntariados, lo que nos ha servido de toma de contacto con los mismos y con los voluntarios que en ellos participan, para detectar posibles necesidades de formación de voluntarios y poder ayudarles en este ámbito para que puedan desarrollar su labor de la mejor manera posible.
Por un lado, hemos sido partícipes de varios proyectos de Apoyo Escolar. Uno de ellos el que la Fundación Profesionales Solidarios lleva a cabo en colaboración con la parroquia de San Francisco Javier, la Fundación Fabre y la Institución Villa Teresitas. Aunque lo que se realizan son meras “clases particulares”, poco o nada tiene que ver con lo que estamos acostumbrados. Se trata de un proceso quizás no muy individualizado, pero consta de un trato muy pero que muy cercano con los niños y esto nos ha ofrecido una gran oportunidad para aprender a adaptarnos a cada caso y a cada alumno, dependiendo de sus necesidades. Esto ha representado un gran reto para nosotros, porque hemos podido observar la cantidad infinita de necesidades que quedan por satisfacer a nuestro alrededor. Algo a lo que quizás no estábamos acostumbrados, ya que en el colegio, pocas veces somos conscientes de dichas necesidades. La labor del voluntario en este voluntariado es increíble. Actualmente únicamente ayudan a los niños a hacer sus deberes, pero se va a intentar que exista un mayor contacto entre voluntario y profesor del centro educativo del alumno con el fin que las ayudas que aquí se le ofrecen, sean más fructíferas para su vida académica.
Otro de los voluntariados de Apoyo Escolar en el que hemos participado es aquel que la fundación organiza con el Colegio Carmelitas Vedruna. Este voluntariado es de menor envergadura, atiende a menos niños, pero también se caracteriza por ser muy individualizado, intentando siempre que un voluntario atienda únicamente a un máximo de entre uno y dos alumnos. De esta forma se cuida el contacto directo tanto con el alumno, como con el tutor con el fin de hacer más productivas las clases particulares/ de apoyo.
Por otro lado, también tuvimos la gran suerte de participar en el proyecto “Cuidando nuestros mayores” un colectivo tan esencial como desfavorecido y olvidado en nuestra sociedad y a los que tanto debemos. Donde conocimos a una gran persona y de la que guardamos un magnífico recuerdo, hablamos de Ramón, uno de entre los tantos voluntarios que dedican parte de su tiempo a desarrollar actividades de animación, terapia ocupacional, acompañamiento e incluso formación de un grupo de lectura. Tratando siempre de sacar una sonrisa a los abueletes y de que ese momento que se está con ellos sea lo más grato y ameno posible.
Desde estas líneas hemos querido mostrar lo gratificante que es, tanto personal como socialmente, el voluntariado; y animamos a todas aquellas personas a que se conviertan en voluntarios y que experimente la felicidad que se siente al colaborar en estos bonitos proyectos.
Teresa Martinez e Iñigo Díaz