Santiago Arellano falleció en el mes de diciembre, dejándonos muy tristes. Ha sido un privilegio conocerle y compartir con él la lectura de los clásicos. Hemos vuelto a disfrutar con el Lazarillo de Tormes, con la Vida es Sueño, con los Campos de Castilla de Machado y cuando nos dejó estábamos con Don Quijote de la Mancha.
Lo conocimos al final de su vida, y nos enseñó a «Aprender a mirar, para aprender a vivir». Nos trasmitió su pasión por la vida, la literatura, el amor y la belleza.
¡Gracias por todo Santiago, siempre te recordaremos como nuestro Don Quijote!